El fibrocemento es un material compuesto que combina cemento con fibras de asbesto, utilizado en la construcción debido a sus propiedades resistentes y duraderas. Las bajantes de fibrocemento han sido comunes en la construcción de viviendas y edificios, pero con el tiempo, se ha descubierto que este material presenta diversos problemas de salud y medioambientales. En este artículo, abordaremos los problemas asociados con las bajantes de fibrocemento, las alternativas disponibles y las regulaciones para su manejo y eliminación.
¿Qué son las bajantes de fibrocemento y cuál es su problemática?
Las bajantes de fibrocemento son conductos verticales que se utilizan para transportar aguas residuales en edificios. Están hechas de una mezcla de cemento y fibras de amianto, un material altamente peligroso para la salud. El uso de bajantes de fibrocemento en edificios puede suponer un riesgo para la salud de las personas que habitan o trabajan en ellos, así como para el medio ambiente.
La problemática de las bajantes de fibrocemento radica en el hecho de que, con el paso del tiempo, el material se va desgastando y podría liberar fibras al ambiente. Estas fibras son altamente tóxicas y pueden provocar enfermedades graves como el asbestosis o el cáncer de pulmón. Además, en caso de que las bajantes de fibrocemento se rompan o se dañen, pueden producirse fugas de aguas residuales contaminadas que afecten tanto a la salud humana como al medio ambiente.
Por lo tanto, es necesario tomar medidas para prevenir y solucionar la problemática de las bajantes de fibrocemento en edificios, ya sea mediante su sustitución por materiales seguros o mediante la adopción de medidas correctivas y preventivas para minimizar los riesgos asociados a su uso.
Preguntas frecuentes sobre las bajantes de uralita
¿Por qué se dañan las bajantes de fibrocemento?
Las bajantes de fibrocemento se pueden dañar por diversas razones. Uno de los motivos principales es el desgaste que sufren con el tiempo debido a la exposición a los agentes atmosféricos y a las sustancias químicas presentes en las aguas residuales que transportan. Esto puede provocar fisuras o grietas en los bajantes, lo que puede desencadenar fugas de aguas residuales y contaminar el medio ambiente.
Además, las tuberías de fibrocemento pueden verse afectadas por otros factores como la acción de raíces de árboles cercanos, cambios bruscos de temperatura, vibraciones causadas por el tráfico vehicular cercano, entre otros.
Un problema muy habitual es la incorrecta sustitución de tramos aislados por otros materiales (PVC normalmente) y su empalme con la bajante anterior. Las diferentes medidas y dilataciones provocan fisuras en las juntas y la propia vertical.
¿Cuánto duran estas bajantes?
Hay diferentes opiniones sobre este tema, se piensa que pueden durar 40-50 años, incluso más, no obstante, dependerá del uso que han tenido a lo largo del tiempo. Este tiempo es relativo ya que depende de muchos factores ambientales o de si estas están instaladas en exterior o en el interior de unas paredes. La realidad es que el fibrocemento (comúnmente llamado uralita por la empresa que lo fabricaba), suele comenzar a dar problemas a partir de los 40 años.
Lo que sí que está claro es que se considera que su degradación comienza cuando pasan los 50 años desde que se instalaron. Aunque hay que tener cuidado porque el concepto de vida útil hace referencia a que estas comienzan a desgastarse y por lo tanto a liberar fibras de amianto.
¿Todas las bajantes de uralita tienen amianto?
Solo aquellas bajantes de uralita instaladas antes del año 2002 contienen amianto, ya que a partir de esa fecha se prohibió su uso y comercialización. Si tienes sospechas de que tu edificio cuenta con bajantes de uralita, será necesario verificar si fue construido antes de esta fecha para confirmar la presencia de amianto. Es cierto también que el contenido de fibras de amianto en el fibrocemento puede también variar, aunque el fibrocemento de las bajantes y tuberías es considerado como material NO friable, es decir, las fibras de asbestos están mezcladas con otros materiales, normalmente cemento o cola, por lo que sus fibras no se desprenden tan fácilmente y se necesitan elementos mecánicos para romperlos.
En el caso de que el edificio haya sido construido después del año 2002, es muy probable que las bajantes sean de PVC, ya que este material se ha vuelto el más común para la construcción de bajantes.
¿Cuáles son las consecuencias de manipular inadecuadamente bajantes de fibrocemento en edificios?
La manipulación de bajantes de fibrocemento en edificios puede tener consecuencias negativas tanto para la salud humana como para el medio ambiente. En primer lugar, el amianto es un material altamente tóxico que puede provocar enfermedades graves en las personas expuestas a él, como el cáncer de pulmón o la asbestosis. Por lo tanto, las personas que habitan o trabajan en edificios con bajantes de fibrocemento corren un riesgo elevado de sufrir este tipo de enfermedades si estas son manipuladas inadecuadamente.
Además, las bajantes de fibrocemento pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente si no son gestionadas según la legislación. En caso de que no se gestione de forma legal y técnicamente adecuada, puede generar (como ya existen) múltiples áreas contaminadas con restos de fibrocemento, que afectan al suelo, subsuelo y pueden acabar en ríos y mares.
¿Es obligatorio cambiar las bajantes de fibrocemento?
La Legislación Europea estableció cómo y en qué casos se debe eliminar el amianto.
En España, para adecuarse a esta legislación, se aprobó el Real Decreto 396 2006. En este se establece que:
- En caso de que los bajantes de fibrocemento hayan cumplido con su vida útil, se deben reemplazar por materiales seguros. Aunque el tiempo específico de vida útil del amianto no está estrictamente establecido, se entiende que ha llegado a su fin cuando cumple con la naturaleza para la cual ha sido construido.
- Si el material de los bajantes de fibrocemento está dañado completamente, el RD exige la retirada de este bajo un estricto ámbito de aplicación con unas medidas de seguridad perfectamente definidas. No obstante, en el artículo 3, apartado 2, sobre el ámbito de aplicación se especifica que:
Si los trabajadores solo están expuestos al amianto de manera ocasional, la intensidad de dicha exposición es baja y los resultados de la evaluación indican claramente que no se superará el límite de exposición permitido en el área de trabajo, entonces los artículos 11, 16, 17 y 18 no serán de aplicación cuando se trabaje:
- En actividades cortas y discontinuas de mantenimiento durante las cuales sólo se trabaje con materiales no friables.
- En la retirada sin deterioro de materiales no friables.
- En la encapsulación y en el sellado de materiales en buen estado que contengan amianto, siempre que estas operaciones no impliquen riesgo de liberación de fibras.
- En la vigilancia y control del aire y en la toma de muestras para detectar la presencia de amianto en un material determinado.
En FSO, hemos realizado evaluaciones y controles del ambiente de trabajo, como se indica que el artículo 5 del Real Decreto. En estas hemos realizado mediciones de fibras de amianto en a través de laboratorios certificados, los cuales han determinado que en nuestro trabajo no se genera ninguna fibra de amianto. Esto es debido a que en FSO no hacemos manipulación de las tuberías, ya que realizamos un encapsulado y sellado de la misma.
El encapsulado y sellado de tubería
El encapsulado y sellado de tubería es un sistema innovador que consiste en aplicar una capa de resina epoxi en el interior de las tuberías dañadas, utilizando la tubería como molde. Este proceso es adecuado para cualquier tipo de problema, material, sistema de tuberías y edificación.
Este método es una solución viable para varios problemas que pueden afectar a las tuberías, como taponamientos, corrosión, excesiva presión, mala construcción, desgaste por uso y el paso del tiempo. Es aplicable en todo tipo de materiales, como cobre, hierro, plomo, PPR, PVC y fibrocemento, lo que protege la tubería contra los problemas que hemos mencionado.
Este sistema de reparación de tuberías está aprobado por la ley, siempre y cuando la tubería no haya alcanzado el final de su vida útil, por lo que no solo es seguro, sino que también te librará de hacer obras en el edificio. El encapsulado y sellado es muy adecuado para alargar la vida útil de sus bajantes (entre 30 y 40 años) sin generar residuos peligrosos (como el amianto), escombros, polvo y los grandes inconvenientes de las obras.
En FSO no sólo estarás trabajando con profesionales con una larga trayectoria y trabajos realizados en diferentes lugares del mundo, además tendrás una garantía de 10 años en las bajantes realizadas.